El mastering es el último paso en el proceso de la producción musical de un disco. Es, en esencia, ese “barniz final” que ajusta y optimiza la mezcla para lograr un sonido coherente y equilibrado en cualquier plataforma o formato.
El objetivo es claro: que la música suene bien en todas partes, desde unos auriculares baratos hasta un sistema de alta fidelidad. Es el punto donde todo cobra unidad, donde los detalles se afinan y el conjunto respira.
Desde hace muchos años, y tras aprender observando a grandes ingenieros de mastering en los míticos estudios Sonoland, empecé a masterizar mis propios discos. Además también realizo trabajos de mastering para muchos otros artistas y bandas.